Qué ver

Cortes de Tajuña

Cortes de Tajuña combina patrimonio y naturaleza. Su iglesia románica de El Salvador destaca por su sencillez y encanto. El barranco del río Tajuña y los montes de encinas y quejigos ofrecen paisajes ideales para el paseo. Además, sus trufas son un tesoro gastronómico que completa la experiencia rural y auténtica.

Cortes de Tajuña, situado en el hermoso valle del río Tajuña, es un destino lleno de encanto donde historia, naturaleza y tradición se entrelazan en perfecta armonía. En el corazón del pueblo se alza su Iglesia parroquial de El Salvador, un templo de origen románico que conserva la sobriedad y elegancia propias de este estilo. Sus muros de piedra y su sencilla belleza transmiten la huella de siglos de fe y vida rural, siendo uno de los principales atractivos patrimoniales de la localidad.

El entorno natural de Cortes de Tajuña invita al paseo y a la contemplación. El barranco del río Tajuña, con su frondosa vegetación y su curso serpenteante, ofrece un paisaje de gran belleza, perfecto para disfrutar del silencio y la frescura del agua. Sus montes de encinas y quejigos completan el escenario, creando un mosaico natural ideal para el senderismo o la observación de fauna.

Además, estos bosques guardan un tesoro gastronómico muy especial: las trufas, producto estrella de la zona, apreciado por su aroma y sabor únicos.

Visitar Cortes de Tajuña es sumergirse en un lugar donde el arte románico, los paisajes naturales y la riqueza culinaria se combinan para ofrecer una experiencia inolvidable en plena naturaleza alcarreña.

A orillas del Tajuña: Luzaga, Cortes y Abánades. Herrera Casado