Tortonda, un apacible pueblo del norte de Guadalajara, es un destino ideal para quienes buscan historia, naturaleza y autenticidad. En su centro se alza la Iglesia de la Concepción, un bello ejemplo del románico rural con su característica arcada y un magnífico retablo barroco, testimonio del arte y la devoción de siglos pasados. Este templo es el corazón espiritual y patrimonial del municipio.
Un paseo por sus calles permite descubrir la huella creativa del escultor Benito Maín, cuyas obras embellecen distintos rincones del pueblo. Sus esculturas, integradas en el paisaje urbano, reflejan la conexión entre el arte contemporáneo y la tradición local, aportando una identidad artística única a Tortonda. Cada pieza invita a detenerse, observar y sentir cómo la piedra y el metal dialogan con el entorno y con la historia del lugar.
Rodeado de montes de encinas y quejigos, el entorno natural ofrece un paisaje de gran serenidad, perfecto para el senderismo y la contemplación. Además, Tortonda es conocida por uno de sus tesoros más apreciados: las trufas, producto exquisito que puede adquirirse en temporada y que representa el sabor genuino de su tierra.
Visitar Tortonda es descubrir arte, naturaleza y tradición en un rincón lleno de encanto serrano.